El Director de la Cadena SER en Castilla la Mancha, Ángel Calamardo, se mostraba emocionado cuando habló con APLAUSOS recordando al maestro Dámaso González y lo hacía afirmando “Me emociona recordar lo que ha sido Dámaso González para el toreo y la gente. A lo largo del día este sábado he escuchado manifestaciones en torno a la figura y persona de Dámaso que todas han ido en el mismo sentido: destacar su genialidad como torero y su grandeza como persona. No he conocido a nadie más sencillo y generoso que él. Siempre tenía la puerta de su casa abierta para aquel que que empezaba en el mundo del toro o bien para el torero consagrado o bien para aquel que quería llegar a lo más alto y no lo lograba. Incluso en estas últimas semanas tenía una afición inquebrantable, hasta el punto de que recibiendo la visita de los médicos de la Plaza de toros de Albacete, se levantó de la cama y se puso a enseñarles como toreaba Ginés Marín… Era un loco del toro. Pero además, en lo personal, era una grandísima persona de las que hacían las cosas y ayudaba sin alharacas y siempre lejos de los focos, en silencio. Por ejemplo, la corrida de Asprona la toreó durante décadas y lo hizo siempre gratis a beneficio de sus chavales”.
Calamardo destaca también lo siguiente sobre la figura de Dámaso “no cabe duda que es una gran pérdida para su familia, pero también para todos nosotros y para el mundo del toro, en este sentido…” continúa el responsable de la SER en Castilla la Mancha, “ha sido un hombre que ha creado Escuela, ya que por ejemplo, Paco Ojeda bebió de esa fuente, del hecho de poderle a los toros, tener esa capacidad lidiadora, ese temple que ha sido un prodigio… Él era el rey del temple y siempre fue un torero honesto, cabal, honrado y entregado al público. A él le daba igual la plaza en la que estuviere porque siempre se vaciaba ante la afición que lo respetaba. Hay un anécdota en este sentido en Pamplona, donde en una tarde en los años ochenta lidiando un toro que fue protestado los mozos empezaron a lanzar las almohadillas… Él las apartó, igualmente con los botes y cuando los quitó, él invitó a los mozos a que limpiaran el ruedo. Lo logró. Consiguió que bajaran y quitaran todo lo que tiraron. Ese era Dámaso González”. Y concluye con esta reflexión: “Ha sido una persona genial e irrepetible. Siempre que muere alguien se dice que ha sido bueno pero con Dámaso me lo creo pies juntillas. Ha sido un fuera de serie. Y se demostrará con el cariño de la gente del mundo del toro y sus vecinos, su ciudad, su Albacete”.
